El escaparatismo ha existido desde que existe el intercambio comercial.
A través del escaparate transmitimos un mensaje, nos comunicamos con el cliente potencial, mostramos la personalidad del establecimiento...
El gran secreto para colocar un escaparate correctamente consiste en ser sinceros con el mundo. Es simple. Tenemos un producto. Queremos venderlo. Es nuestro protagonista.
Los especialistas para el escaparatismo saben que tienen 11 segundos para convencer al transeúnte para que entre y consuma. Muy poco tiempo para contar todo lo posible sobre la marca y inducir un sentimiento de identificación con un estilo de vida. Un buen escaparate puede aumentar las ventas en un 30% o un 40%.
Las tendencias, como en moda, vienen y van. Atrás queda la obsesión por el minimalismo que ha dominado la estética de los escaparates en los últimos años. Vuelve la escenografía, la creación de ambientes dentro de esa pecera a pie de calle. De Tokio a Londres, de Nueva York a Milán, los escaparates vuelven al bodegón a contar una historia al transeúnte.
La tendencia es cada vez más realista para crear una empatía con el cliente y provocar la identificación con el producto. Las emociones son cada vez mas importantes a la hora de vender pero también que el cliente sienta que va encontrar algo nuevo y original, una experiencia excitante.
La regla de oro es que no hay reglas, el ABC que todo escaparatista debe saber: el producto mata al producto, no se puede saturar el escaparate, porque se vulgariza el producto y pierde valor y sentido, un escaparate es como la primera hoja de una revista, hay que poner lo mejor, lo excepcional. Por ultimo, no hay que olvidar que el diseño no debe competir con el producto.
Un escaparate puede influir en la decisión de compra de una persona hasta el 70 %.
El escaparatismo actual recibe las influencias del teatro, la opera, el diseño y el arte de vanguardia, sin olvidar otras mas humildes, como los mercados de frutas y verduras. También existe la tendencia de integrar el escaparate en la tienda para permitir al paseante una percepción. Global del interior de la tienda desde la calle. Parte del atractivo del escaparate es su carácter efímero. Esta destinado a desaparecer.
El escaparate ya no es solo un elemento primordial de la tienda, es una atracción pública y un medio de comunicación. Es espectáculo, y a veces, arte. En el escaparate debe de estar presente la imaginación, la ironía, la seducción, la sorpresa. Durante los 20 segundos que una persona mira un escaparate hay que captar su atención, trasmitirle un mensaje, una emoción e incitarle a entrar...
2 comentarios:
para escaparates bonitos los de paris, eso si son escaparates y no los de calle larios
jajaja
lo que aprende uno leyendo tu blog
me quedo con eso de los 11 segundos
Me parece muy interesante el escaparatismo.
Besoos :)
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